
Todos escuchamos siempre hablar acerca de las bolsas de valores de las grandes economías del mundo. Muchas veces, se les referencia por el nombre de la ciudad o el país en el que se localizan. Por ejemplo, Bolsa de Valores de Nueva York, Tokio o Colombia. También, sabemos que son plataformas en las que es posible comprar y vender acciones de empresas, entre otros títulos valores. De ahí su nombre. Pero exactamente ¿qué son y cómo funcionan las acciones y valores que se trazan en las bolsas? A continuación, te compartimos una guía básica para entenderlo.
Suena redundante, pero en las bolsas de valores se negocian títulos valores. Ese es el concepto general que engloba a todos los instrumentos que tienen algún valor financiero y son operados en ese mercado. Dentro de esa categoría podemos destacar dos grupos: las acciones y los bonos de deuda.
Son títulos emitidos por corporaciones, generalmente grandes empresas. Estos representan derechos de propiedad del dueño de las acciones sobre la empresa. En otras palabras, quien compre acciones y valores de una gran empresa pública como, por ejemplo, Ecopetrol, es dueño de una parte de ella.
Son títulos emitidos por organizaciones privadas y también por gobiernos. Estos representan la adquisición de una deuda frente a un particular. Es decir, cuando un particular compra un bono de deuda, le está prestando dinero a quien lo emite. A diferencia de la acción, esto no lo hace dueño de la organización, pero sí su acreedor.
La acción de una empresa tiene un precio de mercado. Este es variable y, en ocasiones, volátil. Si hoy compras una acción de una empresa de tecnología por valor de $10.000 pesos y mañana anuncian resultados positivos en sus operaciones, seguramente el precio de la acción crecerá. Dicho de otra manera, se valorizará, supongamos, hasta en $15.000 pesos.
Sin embargo, esto no significa que el inversionista haya ganado dinero. La manera de generar rentabilidad en acciones y valores es convirtiendo los títulos. Es decir, hay que venderlos. Asimismo, si el precio de la acción baja, no se perderá la inversión hasta que el título se venda a un menor precio del que se compró.
La renta de los bonos de deuda es fija. Al igual que cuando se adquiere un crédito y se fija una tasa de interés y un plazo para pagarlo, los bonos de deuda establecen reglas similares. Por ejemplo, con el objetivo de obtener liquidez, el Gobierno de Colombia puede emitir bonos públicos.
Quien los compre tendrá a cambio la promesa de recibir una renta con base en una tasa determinada. Usualmente, los bonos se establecen en términos de mediano y largo plazo, como 5 o hasta 20 años. Dependiendo del emisor y del riesgo, la rentabilidad puede garantizarse.
El mercado de acciones y valores cuenta con índices que reflejan su comportamiento y por tanto sus oportunidades. De acuerdo con el Banco de la República (s.f.), el Colcap, por ejemplo, permite ver "las variaciones de los precios de las acciones más líquidas de la Bolsa de Valores de Colombia (bvc). La participación de cada acción en el índice está determinada por su valor. La canasta del índice Colcap está compuesta por mínimo 20 acciones de 20 emisores diferentes".
Pero lo cierto es que desde el pasado 18 de marzo, cuando el Colcap alcanzó su mínimo histórico (894,03 puntos), se ha recuperado el 32 %. Este caso, por ejemplo, es muestra de una pérdida de valor generalizada en las acciones, lo que representa una oportunidad para comprar. Luego, la recuperación del 32 % sería una señal para vender títulos (Amaya, 2020). De esta forma, se lograría rentabilidad.
Por otro lado, también están los indicadores económicos, como el Producto Interno Bruto. Estos brindan luces sobre el comportamiento general de la economía. Dependiendo del sector o la industria en la que se encuentre el emisor, los indicadores económicos sugieren si su comportamiento será positivo o negativo. Por ejemplo, si quieres comprar acciones y valores como deuda de una aerolínea, lo mejor será monitorear indicadores de la industria que te permitan ver cómo se está comportando.
Una máxima de los buenos inversionistas es nunca concentrar el riesgo en una sola inversión, así que diversificar es una buena práctica. Por ejemplo, si las acciones que tenías en una empresa del sector retail pierden valor, podrías compensarlo con las de una empresa de software que se desempeña cada vez mejor.
La clave está en monitorear los movimientos y cambios, informarse correctamente y, cuando sea el caso, asesorarse de expertos quienes se dedican exclusivamente a estudiar los cambios del mercado de acciones y valores, para que así puedas tomar las mejores decisiones para generar rentabilidad.
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